El insomnio secundario es un trastorno del sueño complejo que se caracteriza por dificultad para conciliar el sueño, despertar temprano, sueño ligero, despertar fácil, entre otros síntomas. A diferencia del insomnio primario, que es un trastorno del sueño independiente, el insomnio secundario es causado por otras afecciones médicas o psiquiátricas, como cáncer, accidente cerebrovascular, síndrome premenstrual, depresión, entre otros. Este tipo de insomnio puede tener consecuencias a corto y largo plazo en la salud mental y física, incluyendo problemas de salud mental, reacciones acentuadas al estrés, deficiencias cognitivas y de rendimiento, malestar físico y una disminución en la calidad de vida. Alrededor del 10% de los adultos sufren de insomnio, y otro 20% experimenta síntomas ocasionalmente. El insomnio secundario es causado por otras afecciones médicas o psiquiátricas, por lo que la prevalencia del insomnio secundario puede variar según la prevalencia de las afecciones subyacentes que lo causan.
Los tratamientos habituales para el insomnio incluyen la terapia cognitivo-conductual, los medicamentos para dormir y los cambios en el estilo de vida, como la reducción del consumo de cafeína y el establecimiento de una rutina de sueño regular. Los sedantes-hipnóticos son actualmente el tratamiento farmacológico principal para el insomnio pero pueden tener efectos adversos como la disminución de la función motora, ejecutiva y neurocognitiva al día siguiente, y la disminución del efecto hipnótico con el uso prolongado. Además, los benzodiazepínicos pueden tener efectos adversos importantes, como la dependencia, el síndrome de abstinencia, la memoria deficiente, las caídas en los ancianos y la somnolencia diurna. Los no benzodiazepínicos y los agonistas de los receptores de melatonina son preferidos en las pautas de diagnóstico y tratamiento para el insomnio debido a sus cortas vidas medias, bajo efecto residual al día siguiente, tratamiento efectivo y falta de eventos adversos graves.
Sin embargo, estos tratamientos no siempre son efectivos y, en ocasiones, pueden tener los efectos secundarios no deseados citados anteriormente.
Este metaanálisis y revisión sistemática de 13 estudios controlados aleatorios, involucraron a 820 pacientes y concluyó que la electroacupuntura :
1. Redujo las puntuaciones PSQI (Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh), cuestionario utilizado para evaluar la calidad del sueño.
2. Redujo las puntuaciones ASI (Inventario de Ansiedad de Spielberger), cuestionario utilizado para medir los niveles de ansiedad.
3. Prolongó el TST (Tiempo Total de Sueño), lo que significa que aumenta la cantidad de tiempo que una persona duerme durante la noche.
Por tanto la electroacupuntura fue más efectiva en la mejora de la calidad del sueño y reducción de síntomas del insomnio que los tratamientos farmacológicos, la terapia cognitivo-conductual y cambios de estilo de vida, además de ser bien tolerada sin aumentar los efectos adversos.
Ref:
Liu S, Liu J, Su J, Zhang F. Efficacy and safety of electroacupuncture for secondary sleep disorders: A meta-analysis and systematic review. Medicine (Baltimore). 2023 Jun 30;102(26):e34150. doi: 10.1097/MD.0000000000034150. PMID: 37390293; PMCID: PMC10313263.